El arte después de la guerra
Artistas de Estados Unidos, Latinoamérica, Asia, Europa y prácticamente de todo el mundo, a lo largo de esta década, han llevado a sus obras imágenes que se han convertido en símbolos de la guerra desatada tras los atentados: los aviones al estrellarse contra las Torres Gemelas, bombardeos sobre Afganistán, tanques de guerra en territorios inhóspitos, los rostros de George W. Bush, Tony Blair y Osama Bin Laden, los torturados en la prisión iraquí de Abu Ghraib, la burka, elementos religiosos del Cristianismo y el Islam, y materiales tomados de cerca de medios de comunicación.
Esas obras se han conocido más de lo que sería habitual en cualquier exposición, en parte, por el componente político que les atañe, también por la posición que con ellas fijó determinado artista, pero además porque en no pocos casos hubo intentos de censura.
El arte en torno a los atentados del 11 de septiembre de 2001 ha sido abundante y sobre todo polémico; pues ha “seguido” acontecimientos que fueron consecuencia de los atentados.
“De repente, y es una palabra peligrosa, la noción de un arte político vuelve a estar un poco como de moda -explica en entrevista telefónica el artista Marcos Ramírez ‘Erre’, desde Tijuana-. Es el resultado de que nos estamos enfrentando a un mundo cada vez más deteriorado en cuanto a cuestiones morales y éticas.
Entonces, algunos artistas han volteado a ver eso, hay una nueva generación que es más consciente. Me agrada que la gente se ponga a meditar y a pensar cómo podemos ayudar a hacer de este un mundo mejor”.
Verdades cuestionadas
Con humor, el catalán Joan Fontcuberta, creador de obras sobre el tema, como la serie Reconstruyendo a Osama Bin Laden, puso en duda las verdades absolutas, la autoridad de la foto y le sugirió al espectador cuestionar quién está atrás y qué buscaba legitimar.
Tomada de http://www.fontcuberta.com/
Las torturas por parte de soldados estadounidenses llevaron a Fontcuberta a crear una de las obras más complejas en torno de la guerra.
Para Abu Ghraib, que se exhibió en NY, Fontcuberta utilizó un programa informático para crear foto-mosaicos de imágenes que bajó de Google, tras la búsqueda de palabras como George W. Bush. Con miles de imágenes reconstruyó la foto de la de soldado de EU que humilla a un prisionero iraquí.
De su proyecto “Googlegrama”, Joan dijo en una entrevista: “Ha habido un cambio sustancial en lo que es el valor de la imagen. Hoy, el autor de la imagen no es quien la fabrica, sino quien la usa. Quien asigna un sentido y una funcionalidad a la imagen tiene más paternidad sobre ella que quien la produce”.
En 2005, Abu Ghraib fue también tema de una serie de pinturas del colombiano Fernando Botero. Tras varios intentos, sin éxito, por llevar la muestra a museos de EU, se consiguió su exhibición por una invitación de la American University. Es una serie de 79 pinturas que hacen un retrato de la crueldad de las torturas perpetradas por los soldados estadounidenses en la prisión. “El arte no cambia nada -dijo Botero en EU, al exponer las obras. Guernica fue la mas importante pintura del siglo 20 y no sacó (al dictador Francisco) Franco del poder. Pero esto va a recordar a la gente sobre un momento negro en este Gobierno, sobre lo que es la tortura”.
Rebotes entre Bush y Bin Laden
En estos 10 años, Bush y Bin Laden han protagonizado decenas de obras. La fotografía, a partir de recursos como el Photoshop, permitió a los artistas ubicar a estos personajes en todo tipo de situaciones: Bush en la cama con el propio Bin Laden y con Vladimir Putin, en la que fue una polémica creación del grupo Siniye Nosy; Bush con una pistola apuntando a su cabeza en una estampilla para la obra Acto de Patriota, de Al Brandtner, en la muestra El Eje de Mal: la Historia Secreta del Pecado, que estuvo en Chicago.
Foto tomada de El Enigma Ruso
En 2008, el ex mandatario dio pie a una exposición, Shoes (Zapatos), en Egipto, luego de que el periodista iraquí Muntadhar al-Zeidi le arrojó uno a él. Sólo en Holanda fue posible ver Los monos de Bush, un acrílico sobre lienzo de Chris Sabido, que representaba al ex presidente a partir de imágenes de monos; la obra fue prohibida en una muestra en el mercado público de Chelsea, NY.
Osama Bin Laden, por su parte, fue representado como Jesús, en una serie de obras que resultó muy controversial. La autora, Priscilla Bracks, defendió su trabajo diciendo que pretendía que el espectador encontrara algo más que la simple comparación entre el bien y el mal. Esta pieza, junto con la de una imagen de la virgen María cubierta con un “burka” fueron elegidas en Austria como finalistas en un certamen de arte religioso, el Blake Prize.
Pero en estos 10 años se ha registrado circunstancia insólita: estadistas, líderes políticos y religiosos sienten que tienen que expresar sus opiniones ante estas manifestaciones artísticas.
El premio Turner tampoco escapó en 2004 al tema cuando una maqueta de "La casa de Bin Laden" fue preseleccionada. La obra de Ben Langlands y Nikki Bell, con fotos, animación numérica y videos, fue resultado de un viaje de los artistas a Afganistán.
La militarización no ha estado ajena a grandes muestras. En la pasada Bienal de Venecia de Arte Contemporáneo, en las afueras del pabellón de EU, aparecía un corredor que se ejercitaba en una cinta ergométrica colocada encima de un tanque militar volteado. Jennifer Allora y Guillermo Calzadilla llamaron a su muestra Gloria, evocando las ideas de la gloria de Dios y la gloria de las batallas militares.
Armas y pan del cielo bajan
En 2003, el artista Marcos Ramírez “Erre” creó la instalación La multiplicación de los panes; se inspiró en la noticia de cómo EU autorizó un bombardeo cerca de Kabul y luego cómo ese mismo gobierno autorizó lanzar comida.
“Los paquetes eran del mismo color que las bombas, amarillos, con letreros en inglés para una sociedad que no habla inglés. Los padres mandaban a sus niños a recoger paquetes de comida, pero algunos hallaron bombas sin explotar; hubo muchos niños muertos y mutilados”, relata el artista.
Con esta pieza, el artista cuestionó la actitud mesiánica de un presidente de una súper potencia que decide cuándo matar y cuándo alimentar a un país. La pieza muestra una alfombra que representa una milenaria cultura, sobre la cual se encuentran, hasta el techo, con forma de aviones, unos panes, mientras que en los extremos de la instalación figuran dos niños: uno asiático y otro de EU; al lado de ellos están puestas frases del Corán y de Martin Luther King.
“El gobierno de Bush descarta la existencia de una cultura fuerte muy importante, porque no están las grandes carreteras, son cinco mil años de historia de un pueblo, pero EU supone que en ese desierto no hay nada”.
El artista cuestiona “la doble moral de una sociedad que tras la venganza va a misa”. Para Marcos Ramírez, el arte sí ha contribuido a que la gente se ponga a pensar, sin embargo, considera que los artistas no han hecho suficiente.
“El mundo ha estado muy mal desde este 11 de septiembre; se ha estado deteriorando más, en una escala de valores muy americanizada, México pierde ese espíritu hospitalario característico”.
Tomado de Informador.com