La última obra del famoso artista estadounidense, el fotógrafo Spencer Tunick, reconocido por hacer retratos de desnudos colectivos, ha fotografiado a un millar de personas desnudas en la orilla israelí del Mar Muerto.

El objetivo principal de este acto ha sido concienciar al mundo del deterioro que sufre el Mar Muerto debido a la sequía por la que está pasando.

Antes de ponerse manos a la obra, Tunick confesó que "el Mar Muerto es el más emocionante y difícil de los casi 100 proyectos que he realizado en mi vida".

El mayor obstáculo de Tunick no fue encontrar los voluntarios para ser fotografiados, sino tener la oposición de algunos rabinos y diputados ante esta iniciativa. "El Mar Muerto es el punto más bajo del mundo pero Tunick lo ha bajado aún más con este vergonzante acto", dijo el parlamentario Zvulun Orlev mientras el ultraortodoxo Nissim Zeev lo llamó "prostitución disfrazada de arte".

Sobre la noticia, ABC escribe:

Tunick, que es judío, ha recordado también que su familia vive en Israel y que el Mar Muerto forma parte de sus recuerdos vacacionales de infancia. La belleza del entorno y de la composición humana se han visto, no obstante, enturbiados por el ruido que causaba el sobrevuelo constante de avionetas y paracaídas motorizados, algo de lo que se quejaron a la prensa algunos de los participantes, ya con la ropa puesta.

Algunos de los testimonios que dieron los fotografiados durante la sesión:

Uno de ellos, Guilad Limor, es un israelí residente en Londres que ha participado en 14 de las 75 instalaciones que ha efectuado Tunick desde los años noventa. "Sentí una necesidad muy especial de estar aquí. Él me lo pidió personalmente hace unos meses. Me dijo 'Te quiero allá, te quiero en Israel conmigo'. Aplacé una visita a mi familia que tenía prevista para julio para poder participar", cuenta con la toalla al hombro.

Todo lo contrario que Daniela Gerson, quien a sus 29 años se había dado el madrugón para aprender a luchar contra el pudor a tres horas de distancia de su ciudad, Tel Aviv. "Quiero sentirme más a gusto con la desnudez y pensé que esta era una buena ocasión", ha explicado antes de reconocer que también pesaron las ganas de protagonizar un "momento histórico".